“Chavela es un ángel guardián para mí”
Chavela Vargas murió dos veces. La primera vez fue en los 80, dejó doce años de cantar por su alcoholismo y la gente la daba por fallecida. A las tres semanas de renacer en los escenarios la conoció Catherine Gund. Esta productora, directora, escritora y activista estadounidense se marchó a México a estudiar español y recuperarse del drama del sida, que golpeaba fuerte en Nueva York y se había llevado a dos amigos. En México conoció a un grupo de mujeres que la llevaron un día de 1991 a conocer a Chavela Vargas. Gund no sabía quién era, pero al llegar quedó fascinada y le pidió permiso para filmarla. Pensó hacer un documental con aquel material, pero tuvo cuatro hijos e hizo ocho películas, así que el vídeo se quedó en el olvido más de veinte años.
 
La segunda muerte de Chavela fue la física, en 2012, a los 93 años. Gund se acordó de la cinta y propuso a la directora y productora de televisión Daresha Kyi hacer una película juntas sobre aquella diva cuyas canciones dolían tanto. Vistieron la antigua grabación, en la que Chavela hablaba a calzón quitado, con testimonios de gente que la conoció.
El resultado se estrenó en la pasada edición de la Berlinale, donde obtuvo el segundo premio del público en la sección Panorama y ha recorrido numerosos festivales desde entonces.
Dicen que es el retrato más completo que se ha hecho de ella. En él cuenta, por ejemplo, que nació cantando; que le escondían en casa cuando había visitas, por su aspecto masculino, pero también cómo se fue llenando de coraje y dejó su Costa Rica natal para empezar una nueva vida en México. Allí se fue haciendo su sitio, “más fuerte, más macha y más borracha” que los mexicanos más viriles. Los dueños de los bares tenían miedo de que apareciera porque les dejaba sin existencias.
 
Chavela cuenta en la película que para ella sólo existía el “hoy”. Tuvo romances con medio México y parte del extranjero. En la boda de Liz Taylor acabó con Ava Gadner y el magnate Emilio Azcárraga la vetó porque “le había bajado” a la novia. Catherine Gund y Daresha Kyi tardaron más de un año en dar con una de sus amantes, que finalmente les brindó mucho material. Y contaron con testimonios de gente como Pedro Almodóvar. “Me llamo Chavela Vargas, que no se os olvide”, advierte ella en un momento de la grabación, tratando de conjurar su tercera muerte, la del olvido, que con este documental se aleja un poco más. La película, presentada ayer por Daresha Kyi en la Muestra de Cine y Mujeres, se estrenará el viernes en los cines.

 
Cuando se murió Chavela una multitud que no la conoció en persona la despidió como a un ser querido, en muchos casos llorando. ¿Usted, que tampoco la conoció, siente algo parecido?

Ella es un ángel guardián para mí. Siento su presencia muy fuerte en mi vida y una conexion espiritual. Hacer la película era una responsabilidad. Quería ser fiel al espíritu de Chavela. Aunque ella, cuando contaba su historia, cambiaba mucho cada vez que la contaba.

 
¿Ah, sí?

Una vez decía que se había perdido diez años en el alcohol. Luego, que veinte años. Que vivió con Frida una semana. Que vivió con Frida cinco años. Los detalles no eran tan importantes para ella, lo importante era el cuento. La historia. Cómo te afectaba. Lo que sentías. Sabíamos que en la película no teníamos que fijarnos tanto en las fechas y los datos, sino en el sentimiento y en lo compleja y lo fuerte que era Chavela.

 
¿Si un niño le pregunta quién era esta señora qué le dice?

Le diría que fue una mujer como ninguna otra, que vivió su vida con una gran fuerza, que luchó por ser ella misma, que sobrevivió y salió adelante.

 
Es curioso, usted busca talentos como productora del programa La Voz Kids en Telemundo y aquí es un talentazo como el de Chavela el que la encuentra a usted.

Sí [risas]. No me imagino qué diría ella de ese programa. Chavela era única. Y uno tiene que trabajar [risas].

 
La película nace de una grabación inédita de 1991 y luego incluyen testimonios. ¿Salió como esperaban?

Sí. Normalmente te tomas mucho tiempo para verlo, pensarlo, discutirlo, poner y quitar cosas y ver cómo queda. Cuando decidimos entrar en el Festival de Berlín tuvimos como cinco semanas para cumplirlo. Estoy feliz con la película porque hace lo que debe, afecta a la gente, y siento que honramos a Chavela, eso es lo más importante, que la historia de Chavela sale y transmite sus ideas, su filosofía. Eso es un logro.

 
Toda la gente que sale en el documental habla de la huella que les dejó, ¿era algo habitual?

Sí. Cuando decidimos quiénes queríamos entrevistar era importante que la conocieran y la amaran. Algunos tenían relaciones complicadas, por ejemplo la diseñadora Elena Benarroch, que la odiaba y la amaba, y así lo dice. Así eran las relaciones con Chavela. Se podía enfadar fácil. Hay cuentos de que se enojó con una amiga y le empezó a disparar su pistola. Chavela era una mujer difícil, pero la gente le perdonaba todo. No sé por qué, pero lo hacían.

 
¿O sea que iba con pistola?

Sí [risas].

 
¿Por qué no sale nadie de Costa Rica, de ese entorno que le oprimió en su infancia y primera juventud?

Lo que pasa es que la mayoría de su familia están muertos. Tiene una sobrina que es la única familiar que sabemos que sigue viva. Pero Chavela tenía una relación muy complicada con Costa Rica. En su niñez la rechazaban y hasta ahora no creo que la hayan abrazado como la estrella que es, no creo que la aprecien como en otros países.

 
¿Qué supuso que Almodóvar se cruzara en su camino?

La relación entre Chavela y Almodóvar fue algo muy especial. Es como si se hubieran enamorado en un instante. Como dice él, cuando la conoció fue como una vieja amiga. Ella, obviamente, sintió lo mismo, porque le llamaba su esposo en la Tierra, algo que no había dicho de nadie más. Tenían una conexión fortísima y muy poderosa, muy artística. Ella le inspiraba a Pedro, que metió sus canciones en sus películas hasta en la última, en Julieta. A Pedro le afecta que Chavela ya no exista en este plano de vida. Yo creo que para ella él fue un esposo, un amigo, un todo, que movió montañas para ayudarla. Como tenía tanto poder en aquella época, tanta fama, él compartió su fama con ella.

 
Para él sería como un personaje salido de sus películas, ¿no?

Sí. parece que saliera de una de sus películas. Para él ella era un sueño hecho realidad, ni se podía imaginar alguien como Chavela.

 
El mensaje de Chavela de ser feliz cada uno como es, de vivir libremente, ¿sigue siendo revolucionario hoy?

Sí. Mucha gente está siguiendo ahora a líderes muy fascistas y se están comportando como borregos, no como individuos. Ese mensaje es más importante que nunca. La gente tiene que pensar por sí misma, no como un grupo, ¡esa mentalidad de group mind es horrible!

 
Estaría bien juntar a Chavela con Trump. ¿Le dispararía?

Le dispararía, sí [risas]. Chavela, aunque disparó a mucha gente nunca les hirió. Yo creo que a Trump le mataría.

 

Source: Diario de Navarra

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